miércoles, 30 de enero de 2013

España: Perdiendo millones en los fondos europeos de desarrollo rural

Si es que al perro flaco todo se le vuelven pulgas, y algo así nos está pasando en España. Si el medio rural español no tenía ya bastante con la crisis económica que está sufriendo, junto con todo el resto del país, ahora nos dedicamos a perder los fondos que nos podrían llegar desde Bruselas.

En concreto tres comunidades autónomas (Extremadura, Comunidad Valenciana y Madrid) han perdido sus fondos europeos de FEADER del año 2010 por haber dejado pasar 2 años sin utilizarlos. Bruselas nos avisó, y se dejaron pasar los plazos. Consecuencia: fondos europeos perdidos.

Estos fallos se deben a un mal funcionamiento interno de las administraciones públicas españolas. Pero lo peor es que si no se solucionan estos problemas, podemos seguir perdiendo más fondos de ayuda. Y no creemos que estemos tan boyantes, económicamente hablando, como para seguir perdiendo ayudas.


jueves, 24 de enero de 2013

España: Estudiando la situación del mundo rural, y después, ¿qué?


Está muy bien que los senadores españoles vayan a hacer un estudio sobre el medio rural, que vayan a analizar las causas y las consecuencias del despoblamiento del campo, pero el resultado de ese estudio nosotras ya lo conocemos.

Cualquier persona que viva en el medio rural español les diría que la situación en el campo está muy fastidiada (por decirlo de una manera educada). Y también les diría a nuestros senadores que se dejaran de estudios y que comenzaran ya a aplicar políticas sociales y económicas que nos permitieran un desarrollo rural real. ¡Déjense ya de papeles y pasen a la acción, que es lo nos hace falta!.

Se habla de fijar población en el rural, de promocionar el empleo por parte de los ayuntamientos, de poner en valor a los habitantes del mundo rural; incluso se aprueban leyes (como la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, aprobada en 2007) con el fin de mejorar la calidad de vida en el medio rural pero a la hora de la verdad la aplicación de todas estas ideas y leyes no tienen nunca el éxito esperado.

¿No habría que preguntarse por qué ocurre esto en lugar de seguir haciendo estudios?


Buscando una luz de esperanza.
Por Lola Pena.

Parece claro que lo que necesitamos en el medio rural español es mejorar las explotaciones agrarias, impulsar la diversificación económica de nuestros territorios, construir nuevas infraestructuras, fomentar los servicios sociales y públicos en los pueblos, y favorecer el uso sostenible de los recursos naturales. Adoptando estas medidas conseguiríamos fijar a la población en el medio rural; las mujeres rurales dejarían de irse de sus pueblos para conseguir unas condiciones de vida mejores. Si las mujeres se van, los pueblos se mueren.

Pero en lugar de estar haciendo todo esto, la realidad es que nos están recortando los presupuestos en políticas sociales (en sanidad y en educación, por ejemplo) lo que está provocando un mayor abandono del medio rural. El mito de la vuelta al campo debido la crisis es solamente eso, un mito.

El mundo rural español sufrió en 2012 los mayores recortes que se recuerdan. A la disminución del presupuesto del Ministerio de Agricultura en un 25% se suman los recortes en las Comunidades Autónomas y la amenaza de un recorte europeo que puede alcanzar el 20%. Las explotaciones agrícolas y ganaderas han continuado desapareciendo, ahogadas por una crisis de rentabilidad que parece no tener fin.

¿Es así como queremos que nuestro campo se vuelta a repoblar de gente? Necesitamos un apoyo incondicional al medio rural español y no más estudios que nos digan lo que ya sabemos.

Más información:




jueves, 10 de enero de 2013

España: la Ley de titularidad compartida tiene ya un año de vigor

El pasado 5 de Enero se celebró el primer aniversario. Ya lleva entre nosotras un año la tan peleada y deseada Ley de Titularidad compartida de las explotaciones agrarias.

Durante muchos años se estuvo peleando para que se reconocieran todos sus derechos a las mujeres rurales españolas. Todas las asociaciones de mujeres del medio rural celebraron por todo lo alto que por fin se hiciera realidad y entrara en vigor esta ley, pero y ahora, ¿qué?...

Ahora, nada de nada... Todo se ha quedado en papel mojado...

Poca es la información que llega a las mujeres rurales para saber qué pasos han de seguir para poder inscribirse como cotitulares junto a sus maridos o compañeros de las explotaciones agrarias que llevan toda su vida trabajando de sol a sol. Las distintas administraciones autonómicas poco han hecho para favorecer estos registros. No han puesto dinero ni esfuerzos para que esta ley se desarrollara en sus territorios.

La realidad es que no han sido demasiadas las mujeres que han optado por esta titularidad compartida. No es fácil cambiar unos roles sociales que relegan a la mujer a un segundo plano e incluso a su invisibilidad social. Hasta ahora en España el 70 % de las explotaciones agrarias estaban exclusivamente en manos de los hombres. La crisis económica que sufre el país tampoco ha favorecido demasiado a que las mujeres se animaran a cambiar su situación laboral.

Para contrarrestar esta tendencia, es esencial la labor de información que están haciendo al respecto las asociaciones agrarias y de mujeres rurales. Con esta norma la mujer participa al 50% de todos los derechos derivados de la explotación agraria, incluidas subvenciones, ayudas, primas y cuotas...

Desde aquí os animamos a las mujeres rurales españolas a que os informéis de los pasos a seguir en cada comunidad autónoma para que podáis acceder a todos vuestros derechos. Busquemos consejo y ayuda en las organizaciones agrarias y en las asociaciones de mujeres rurales. Paso a paso se puede mejorar el mundo en el que vivimos.


martes, 8 de enero de 2013

La planificación familiar es un derecho.

Cada día nos parece más sin sentido el trabajo que realizan los distintos organismos de las Naciones Unidas. Sus intenciones son buenas, eso no se les puede negar, pero sus resultados, no... Y nos vamos a explicar.

Hace poco llegó a nuestras manos el último informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), "Estado de la Población Mundial 2012: Sí a la opción, no al azar - Planificación de la familia, derechos humanos y desarrollo", en el que todo son buenas intenciones y buenas políticas sobre la planificación familiar y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Hasta aquí todo muy bien. Pero llega la hora de la realidad y ese mundo idílico que sueña construir el UNFPA no se plasma en cotidianidad para las mujeres del mundo. Los gobiernos de los países que forman parte de la Naciones Unidas firman tratados, declaraciones, planes de acción..., pero a la hora de la verdad no ponen dinero, esfuerzos ni políticas sociales para llevar a cabo todo aquello que firman en Nueva York. A veces cumplen con una ínfima parte de lo que han firmado y con eso ya se creen que han cumplido con la sociedad.

El Informe sobre el "Estado de la Población Mundial 2012" nos explica:

  • Las razones por las cuales la planificación de la familia es un derecho universal.
  • Cómo la planificación de la familia refuerza el ejercicio de otros derechos, entre ellos el derecho a la salud o el derecho a la educación.
  • Los beneficios sociales y económicos que reciben hogares, comunidades y países enteros, cuando las mujeres, los hombres y los jóvenes ejercen su derecho a la planificación de la familia.

Todas estos mensajes son muy bonitos, pero ¿para cuándo serán reales? La planificación de la familia es un derecho, sí... Sin embargo, en los países en desarrollo hay todavía 222 millones de mujeres que carecen de acceso a los anticonceptivos y, en consecuencia, corren riesgos de embarazos no planificados, sobre todo en el medio rural. Las mujeres rurales e indígenas no tienen un acceso fácil a los métodos anticonceptivos porque viven lejos de los centros urbanos que es dónde se los pueden facilitar o porque sólo hablan sus lenguas autóctonas y nadie se preocupa de comunicarse con ellas ni de explicarles estos métodos.

En resumen, la planificación familiar es un derecho pero también una utopía para muchos millones de mujeres en el mundo. Y nosotras nos preguntamos: ¿hasta cuándo?