lunes, 30 de diciembre de 2013

Luchando contra el hambre en Perú

Según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) de Perú hay 13 millones 800 mil peruanos que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria. Ellos serán los principales beneficiarios de la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional que se aprobó el pasado 19 de Diciembre después de más de dos años de discusión parlamentaria. Esta nueva ley está orientada a conseguir que el derecho a la alimentación sea una realidad para todos los peruanos.

El 60% de los alimentos que se consumen en el Perú son producidos por las y los pequeños agricultores, sobre todo por las mujeres. A pesar del crecimiento económico que en los últimos años está favoreciendo al país, existe un severo problema alimentario. La población campesina e indígena peruana tiene un grave desequilibrio nutricional. Uno de cada dos peruanos está expuesto a la inseguridad alimentaria. Con esta nueva Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional  se comienza a garantizar el Derecho a la Alimentación de todas y todos los peruanos.

Las organizaciones sociales agrarias y de la sociedad civil ven en la aprobación de la nueva norma el inicio de un nuevo que camino que contribuirá a dar coherencia a las política públicas nacionales y sectoriales evitando su dispersión y desarticulación actual.

El principal avance de la Ley es que establece un Sistema Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional que implementará políticas, programas o iniciativas orientadas a que la población actual y futura del país pueda acceder a alimentos adecuados, nutritivos, culturalmente aceptados, reduciendo la dependencia alimentaria respecto de la producción foránea de alimentos.

Más información:

Defender los derechos humanos en Honduras



De wikipedia- http://es.wikipedia.org/wiki/Honduras
Si vives en Honduras y te dedicas a defender los derechos humanos te has convertido en un criminal. Al menos eso es lo que podemos deducir ante la situación social actual que vive el país. Las organizaciones y movimientos sociales que denuncian y defienden los derechos ambientales y territoriales de los pueblos ante los abusos de las grandes transnacionales en su explotación de los recursos naturales de Honduras son criminalizadas y perseguidas judicialmente.


Un ejemplo es el Consejo Cívico de Organizaciones Populares de Indígenas de Honduras (COPINH). Esta organización representa al pueblo lenca en su lucha contra la hidroeléctrica Agua Zarza. Defienden el territorio y el río Gualcarque, que es un río sagrado para dicho pueblo. Por la defensa de estos derechos tres miembros de COPINH (entre ellos Bertha Cáceres - Coordinadora general de la organización) están acusados de graves delitos y se encuentran inmersos en distintos procesos judiciales.

Allí dónde las transnacionales ponen sus ojos con intención de desarrollar proyectos hidroélectricos o mineros es también el lugar en dónde comienzan a desarrollarse planes de militarización. Las empresas presionan y manipulan a las comunidades, ofrecen sobornos... Y cuando esto no es bastante y las comunidades se organizan y se oponen a estos planes se les reprimen militarmente de una forma directa, y problema resuelto, tal y como ocurre ahora en Honduras.

Propuestas ambientales de futuro

Atacamos a la naturaleza por la mañana, tarde y noche; extraemos de ella todas sus riquezas y contaminamos todas sus fuentes.

Nunca como ahora ha avanzado tanto la degradación medioambiental y la deforestación de nuestros bosques.

¿De verdad pretendemos dejar un futuro sostenible a las próximas generaciones, a nuestras hijas e hijos, con estas propuestas ambientales?

martes, 10 de diciembre de 2013

¿Es el hambre en el mundo un problema de falta de alimentos?

Por Lola Pena

Dicen que no hay alimentos para todos y que por eso existe el hambre en el mundo; pero lo cierto es que se estima que el mundo produce actualmente alimentos para 9.000 millones de personas y tiene 7.200 millones. ¿No será entonces que los estamos repartiendo mal?

Para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de cada país, los gobiernos deberían defender y apoyar la agricultura de dicho país con políticas agrarias que favorecieran el desarrollo de la agricultura autóctona y familiar que rescata la semilla tradicional, lejos de las semillas transgénicas que las grandes compañías transnacionales intentan por todos los medios colocarnos de modo que sigamos dependiendo de ellas para seguir comiendo año tras año aumentando de paso sus constantes beneficios económicos.

En el mundo hay unos 1.200 millones de personas sumidas en la pobreza extrema. Para ellos es muy difícil adquirir los alimentos. Las constantes subidas de los de los precios de los alimentos, agudizadas por la especulación en las bolsas de alimentos, hace que muchos millones de personas tenga muy difícil el acceso a una alimentación adecuada.

Por otra parte, los agricultores pobres están siendo especialmente afectados por las consecuencias del cambio climático. El aumento de la frecuencia y magnitud de los desastres naturales, y la desertificación de extensas zonas del planeta están destruyendo precarios equilibrios de supervivencia.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a nivel mundial, el hambre se ha reducido en la última década, pero 870 millones de personas todavía están desnutridas, y millones de seres humanos sufren las consecuencias de las deficiencias de vitaminas y minerales, incluyendo la falta de crecimiento infantil.

La inseguridad alimentaria es hoy en gran medida un problema de acceso a los recursos y servicios que necesitan las familias para producir, adquirir u obtener suficientes alimentos nutritivos.

La agricultura desempeña un papel fundamental para permitir el acceso a los alimentos. Más del 70% de los pobres viven en zonas rurales y la mayoría depende directa o indirectamente de la agricultura para su subsistencia. Aumentar la productividad agrícola local y autóctona es, por tanto, un elemento importante en la mejora del acceso a los alimentos.