martes, 14 de febrero de 2012

La desigualdad social de las mujeres rurales versus la seguridad alimentaria.

Por  Carlos Timiraos

La desigualdad social que sufren las mujeres rurales en América Latina, África y Asia se refleja claramente en el limitado acceso y control que tienen a los recursos necesarios para asegurar su alimentación y la de sus familias. Las mujeres rurales de estas regiones del mundo cuentan con un derecho a la propiedad y uso de la tierra muy limitado o inexistente.

En ocasiones el pequeño campo de cultivo es propiedad del esposo que ha emigrado a la ciudad para ganar un poco de dinero, y la mujer (que ahora ejerce de cabeza de familia) se ve con las manos atadas ya que sólo puede disponer de esa tierra para cultivarla pero sin poder tener acceso a los créditos y al uso de las tecnologías que puedan aumentar la productividad de sus campos o reducir los efectos adversos que el cambio climático ocasiona en sus cultivos.

En otras ocasiones, los campos son de toda la comunidad en las que las mujeres viven, y son los jefes de la comunidad los que deciden que se hace con esas tierras, sin tener en cuenta para nada la opinión de las mujeres.

Las mujeres tampoco tienen un reconocimiento al importante papel social que juegan al asegurar la alimentación de sus comunidades; como tampoco se reconocen todos los trabajos que realizan para sostener a la familia. Lejos de ellas quedan los programas y políticas públicas de desarrollo rural que los gobiernos de los países de estas regiones del mundo aplican en cada uno de los países y que no reflejan ni ayudan a mejorar el nivel de vida ni la realidad social en la que viven día a día millones de mujeres rurales del mundo.

martes, 7 de febrero de 2012

La mutilación genital femenina: una lacra social a eliminar de nuestro mundo


Ayer fue 6 de Febrero. Nuestras vidas transcurren con pequeños altibajos preocupados por la crisis económica que todo lo inunda. Pero a mí el día de ayer me pesa todavía en la mente. Por desgracia se conmemoró un año más el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Ablación Genital Femenina.


Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mutilación genital femenina (MGF) afecta a alrededor de 140 millones de niñas y mujeres en todo el mundo, y cada año más de 3 millones de niñas corren riesgo de sufrirla, sobre todo en el mundo rural.


Hay países del mundo en que esta lacra social está muy extendida. Se practica de forma habitual en 28 países de África, y en otros de Asia y Oriente Medio. En Egipto, por ejemplo, el 72 por ciento de las niñas y mujeres de entre 15 y 30 años han sido víctimas de la ablación, especialmente en las zonas rurales del sur del país.  En algunos países como el mismo Egipto, Sudán y Mali existen grupos religiosos que promocionan la mutilación genital, y tildan a los se oponen de neocolonizadores.


Las causas de la MGF consisten en una mezcla de factores culturales, religiosos y sociales existentes dentro de las familias y de las comunidades. Luchar contra ellos es muy difícil, dado que la MGF está socialmente bien vista y hasta cierto punto deseada dado que contribuye a la buena crianza de las niñas. Es una forma de irlas preparando para su vida adulta y el matrimonio.


En esta lucha contra la MGF la Organización Mundial de la Salud ha hecho especial hincapié este año 2012 en una tendencia preocupante pues de no atajarla fomentará cada vez más la mutilación. En muchas sociedades rurales y en las zonas periurbanas que rodean las ciudades son los propios prestadores de la atención sanitaria quienes están realizando las MGF a las niñas, contribuyendo así a legitimizar y mantener esta práctica.


Paso a paso vamos avanzando.
Por Lola Pena.


Sin embargo, no todo es negativo... Algunos gobiernos están comenzando a entender que esta práctica socialmente aceptada es muy perjudicial para la salud sexual y reproductiva de sus mujeres y están aprobando leyes contra la mutilación. Éste es el caso de Senegal o Tanzania. La MGF es una práctica prohibida en Tanzania desde 1998, y en Senegal desde enero de 1999.


Lo que ocurre es que estas leyes no se están aplicando de manera efectiva. En el norte de Senegal, lejos de la capital del país, Dakar, todavía pervive la MGF. Es más, los líderes religiosos de la zona consideran que abolir esas prácticas significa ir contra el Islam. La ablación y el matrimonio forzado es algo que se ve como normal en la vida de una mujer dentro de estas comunidades rurales.


Pero la peor parte de estas historias vitales la viven siempre las niñas; unas niñas que con el paso de los años se convertirán en las futuras mujeres de una sociedad donde son casi siempre invisibles.  Una niña que haya sufrido MGF tendrá toda su vida graves problemas físicos y psicológicos, similares a los que tienen las menores que son víctimas de abusos sexuales. Hay riesgos que son inmediatos para su salud como pueden ser hemorragias e infecciones en la zona amputada. Pero también sufren problemas a largo plazo como pueden ser infecciones crónicas, relaciones sexuales dolorosas e infertilidad (que las puede llevar a ser rechazadas por sus maridos al no poder darles hijos). Y cuando les pueden dar hijos, estas mujeres también pueden tener complicaciones durante el embarazo y el parto, momento en el cual no sólo sufren las mujeres sino también los recién nacidos.


Sin embargo miremos hacia el futuro y trabajemos por mejorarlo. Pensemos que se están dando pasos en la lucha para acabar con esta horrible práctica.  Apoyar la educación sanitaria, luchar para romper viejos tabúes sociales, sensibilizar a toda la comunidad, formar a las mujeres rurales para que puedan defender y exigir sus derechos sexuales y reproductivos son algunos de estos pasos. No son muchos pero pensemos siempre que son unos pequeños pasos hacia adelante, aunque nos quede mucho camino por recorrer...

Más información:


.- Dossier sobre la mutilación genital femenina.