viernes, 27 de septiembre de 2013

Tras 20 años de lucha del movimiento campesino, la ONU respalda la agricultura familiar y la biodiversidad



Que la agricultura campesina, familiar, agroecológica, la  que se basa en la biodiversidad de productos es la que da de comer de verdad a las familias y coloca en los mercados locales los productos necesarios para la alimentación de cualquier pueblo o ciudad es algo que hace más de 20 años que los campesinos del mundo están gritando a los cuatro vientos esperando que alguien los escuche. Pero hasta el momento nadie les ha hecho mucho caso. Puede que ahora comiencen a escucharlos porque lo dice también la ONU.
En un informe dado a conocer el pasado lunes 23 de Septiembre por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) se nos dice que deberíamos alejarnos de los monocultivos impulsando una mayor biodiversidad en los cultivos, haciendo al mismo tiempo una agricultura más ecológica que reduzca el empleo de fertilizantes. Los daños medioambientales que los monocultivos están ocasionando a nuestros campos son daños difíciles de reparar. Es un sistema de producción agrícola insostenible. Apoyar la agricultura a pequeña escala y la producción de cultivos locales que alimenten a la población más cercana debe ser nuestra lucha.
Lo bueno es que ahora parece ser que va a ser también la lucha de los grandes organismos internacionales que se han dado cuenta del modelo agrícola insostenible que estaban apoyando. La semillas nativas y los sistemas de producción apoyados en los saberes agrícolas tradicionales debe ser el modelo a seguir. 





martes, 10 de septiembre de 2013

Alfabetizar a las niñas es apostar por un futuro mejor

Según datos de la Unesco, en el mundo hay un total de 495.360.000 mujeres analfabetas y 36.180.000 niñas sin escolarizar.

Las familias pobres, especialmente de zonas rurales, y las actitudes machistas impuestas social y culturalmente marcan la brecha existente con respecto a la escolarización de las niñas y de los niños. La población femenina, tanto mujeres como niñas, tiene un acceso menor a la educación que los hombres. Si hay dinero para mandar a algún hijo a la escuela éste será sin duda un niño. Las niñas seguirán colaborando en las tareas domésticas de las casas atendiendo a sus hermanos más pequeños y a los ancianos de las familias, para después seguir trabajando en los cultivos familiares en el campo.

Las tres cuartas partes de los analfabetos del mundo se encuentran en el África Subsahariana  y Asia. En países como Níger, Burkina Faso, Pakistán y Bangladesh el 64% de las mujeres adultas son analfabetas.

La alfabetización de las mujeres y niñas favorece que ellas mismas puedan defender sus derechos civiles, socio-culturales, de género. Favorece también la participación ciudadana para que las mujeres sean capaces de tomar la iniciativa en temas como la gestión del agua y de la alimentación dentro de sus comunidades rurales.


El círculo vicioso formado por la pobreza, la desigualdad social y los altos niveles analfabetismo es una mezcla muy perjudicial para las comunidades rurales  que no permite a las personas romper ese círculo de pobreza en el que se encuentran.
Para luchar contra esta espiral de subdesarrollo se deberían llevar a cabo programas sociales que promuevan el desarrollo integral de la población rural, especialmente de las mujeres y de las niñas. La mujer rural, indígena y campesina, que aprende a leer y a escribir puede mejorar la nutrición y la salud de su familia (disminuyendo la mortalidad materno-infantil), puede proteger mejor el medio ambiente aprendiendo prácticas agro-ecológicas sostenibles, puede fortalecer su liderazgo en la comunidad y favorecer la igualdad de género. De esta manera estaremos apostando por un futuro mejor y por una sociedad más justa.